Allí estábamos 150 españoles en un Boeing cruzando el Atlántico entre turbulencias, con un mismo objetivo: picar hielo canadiense. Entre ellos Jose Isidro Gordito, Carlos tudela entre la crème de la crème.
Tras la escala en París desde Barcelona, llegamos al aereopuerto de Montreal sobre las 23:30, donde un par de termómetros nos indica el susto que te puedes llevar por el cambio de temperatura al salir de la terminal: 22ºC dentro, -36ºC fuera. Los dedos se me quedan pegados en el carrito de llevar maletas por no ponerme guantes pero conseguimos cargar la furgoneta Chrisler y arrancar hacia Quebec, somos 7: David Mora y Francis de Elche, Herson de Barcelona, Joan Marc e Isra de Andorra con mi hermano Carlos y yo de Alicante, conduciendo por una autopista helada a 200 km del destino una de las 20 furgonetas del grupo de el GAME.
